martes, 24 de agosto de 2010

Arma Letal. Ya no quedan pelis así.

Año 1987. Eran otros tiempos. Los polis eran polis. Los hombres eran hombres. Cada uno hablaba como le salía de las pelotillas, y no pasaba nada.
Es curioso cómo en un momento de la película, cuando hablan de la chica que se tira por la terraza, y sugieren que pudo acostarse con otra mujer, dicen "es asqueroso imaginarlo". Bueno, no todo lo pasado fue mejor.

El lenguaje ha cambiado, lo políticamente incorrecto nos invade, y todos somos válidos, iguales y comparables, de cara a la sociedad. En estos años los hombres bebían, fumaban y eran tipos duros. Hoy los tipos duros, sí, están cachas (hormonados), pero se depilan, se maquillan y toman cápsulas de algas tropicales de Micronesia, para estar más jóvenes. Ya no es correcto ser un machuno. Ahora el ideal de hombre es lo que en estos años era un chulazo de gimnasio, del cual se burlaban y al final le zurraba un poli con tripa y 20 años mayor.

Volviendo a la película, debo decir que echo de menos películas como ésta. Sin "casi" efectos especiales, sin grandes presupuestos. Su objetivo era entretener, a base de acción, diálogos sencillos y graciosos, humor para no pensar, y todo con un bajo presupuesto. Hoy todo aquello que no sea 3-D o incluya camiones de 15 metros explotando en el aire, no se considera entretenimiento.
Mel Gibson y Danny Glover se conviernten aquí en la mejor pareja de polis de la historia del cine, de lejos. El viejo gruñón, a punto de jubilarse y que no quiere complicaciones (sargento Murtaugh) y el joven zumbado, ex-fuerzas especiales, con un talento extraordinario para las armas (sargento Riggs). Con esto y con las ganas por resolver todo y vengar a los inocentes, tenemos entretenimiento de sobra para hora y media.
No hay que buscar lo correcto y lo incorrecto, es una película, y muy buena en su género.

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