lunes, 6 de abril de 2009

Semana ¿santa?

Bueno, pues resulta tan obvio como cierto.
Los más acérrimos defensores de las tradiciones cristianas dicen que gracias a éstas, tenemos un montón de fiestas.
Que yo recuerde, también celebramos el día del trabajo, el día de la Constitución, el día del agua (¿o ya no?), etc. Vamos, que es una excusa, se podía cambiar la semana santa por el día de la Ciencia, el día de la Mujer, o alguna otra cosa que se le ocurriera a algún político imaginativo.

En todo caso, y pese a que yo no lo sienta así, respeto a quien celebre estas fiestas, y más en estos tiempos donde parece que hay que respetar a todas las religiones y la única mala es la cristiana. Si prácticamente no podemos ni mencionar a musulmanes, o judíos, faltaría más que los cristianos, dentro de su ámbito de actividad, no pudieran celebrar sus fiestas. Insisto, su ámbito, en lo privado y personal.
Ahora bien, mientras sigan pensando (y convenciando a la gente) que usar condones es pecado, y que es mejor la meditación trascendental, mientras el SIDA sigue formateando África, seguiré pensando que las religiones han traido al mundo más miseria que cosas buenas.
Salvo el budismo. El budismo mola.

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