Estimados fumadores, meteos el pitillo por el ojo de Mordor.

Esta vez no diré "cuando venía a trabajar...", pero casi.
De momento tengo la sana costumbre de venir al trabajillo en el transporte público, que se compone fundamentalmente del tren de Cercanías (la RENFE, de toda la vida).
Si bien su funcionamiento en general puede calificarse de óptimo (en las horas puntas de la mañana pasa cada 2-3 minutos, ahí queda eso), hay algo que todavía me mata, y que tengo que investigar si es legal.
Resulta que a los malditos drogadictos del tabaco, antes de coger el tren a las 6:30, pues les apetece echarse un piti. A mi me parece de lujo, como si fuman crack o se meten setas, mientras a mi no me afecte.
Pero en este caso SÍ me afecta, ya que se te ponen a un metro echando su asqueroso y despreciable humo, que además de destrozarles a ellos y en un futuro sangrar a la Seguridad Social, nos perjudica a los que no nos drogamos.
Y que no me venga nadie con el "es que me apetece, es que lo necesito...", porque si a mi me apetece orinar cuando voy en metro, no me la saco y descargo, porque creo que molestaría a la gente, ¿no?
Por no hablar también de los bares, aunque ahí la culpa la tienen los dueños, y siempre podemos ir a otro lado o no ir directamente, pero el transporte público debería cumplir unas condiciones, como se cumplen en el metro.
Hace un tiempo me parecía exagerado cómo en California prohibían fumar en las playas, al menos en unas cuantas, pero ahora me parece perfecto.
En fin, que hace tiempo que el tren debería funcionar como el metro, es decir, sano para todos, fuera que cada uno haga lo que le salga del arco de Trajano.
Mientras, queridos fumadores de RENFE, ¡ iros a tomar por culo ¡