jueves, 27 de enero de 2011

Cosas que NO debería haber en una máquina de comida

Siguiendo la entrada del otro día, vamos con lo que debería estar prohibido.

Cerveza mahou.
Vamos a ver, por favor, la mahou es patrimonio nacional, pero el trabajo es el trabajo. Algo serio, donde hay que estar plenamente concentrado. No puede haber una fila entera de cervezas mahou. Otra cosa es que fueran Guiness fresquitas (a 2 - 3 ºC), lo cual sería perfectamente entendible y aumentaría el rendimiento laboral un 300 %.

4 filas de coca cola light.
No nos engañemos. No queremos beber cosas que engorden poco. Queremos aparentar que nos cuidamos. ¿Para qué disimular con la guarrería ésta? Bebed coca normal, o cualquier otra cosa.
A mi que me explique algún entendido que los edulcorantes asquerosos que lleva el invento éste de la light son más sanos que el azúcar... el azúcar engorda, sí, pero es algo natural. Los edulcorantes, pues en fin, guarrería total.

Bolsas de revuelto (panchitos, kikos, ...).
Una infamia dentro de la comida rápida. Una bolsa de éstas debe engordar como unos 2 ó 3 kg de auténtica grasa ibérica, directa a las cartucheras. Llevan sal como para triplicar la tensión. Y luego encima, dejan las manos como el que acaba de sacar unas porras de la freidora (así ves luego los teclados, brillar como los azulejos de Don Limpio). Algunas incluso llevan pipas. Muy adecuado para ponerse una peli en plena jornada laboral.

Pan de pipas.
Sí, vale, es algo más o menos sano dentro de las cacas que salen de la máquina. Pero sabe asqueroso, salado hasta decir basta, y extraño, como los aperitivos chinos. Algo para lo cual el estómago del ser humano no ha evolucionado suficiente, como ocurre con las pringles.

Palmeras de chocolate secas.
Básicamente, hay 2 tipos de palmeras. Las grandes, jugosas, más o menos recientes, que según las muerdes das las gracias a todos los dioses existentes y a los desaparecidos. Un manjar de césares, una delicia, algo casi erótico. Suelen aparecer en pastelerías (no en todas) y en las tiendecillas de frutos secos, donde pueden encontrarse auténticas joyas.
Las otras palmeras son finitas, y vienen en bolsa de plástico. Según las muerdes, caen al suelo unas 793 migas, y la mayoría de las veces se parten en 2 ó 3 trozos, los cuales también es fácil que vayan abajo. Secas como un polvorón en el Sáhara, con un chocolate chungo chungo, y además insípidas. Esas son las de las dichosas maquinitas. Un auténtico bodrio intragable.

P.D. Palmerística.
Hay 2 palmeras que han marcado mi vida.
1) Las del instituto. Creo que valían 80 ó 90 pesetas, y eran increíbles. Jugosas, grandes ... Gloriosas, como los bocatas de bacon al aceite de colza que colaboraron a que jugaramos al mus, en vez de al fúcbol.
2) Las de la tiendecilla encima del Área (móstoles). Típica tiendecilla de ... ¿frutos secos? Sé que los findes había también perritos. Bueno, tenían unas palmeras que eran como las almohadas hinchables del Decathlon. Increíbles. A veces no podía comérmelas enteras.
Entre lo ricas que estaban y lo bien que entraban después de unos pelotazos, mis recuerdos de ese manjar son inmejorables... (otro dato de ésa época, una botella de Albini -Martini falso- costaba 250 pesetas ... la madre que me parió ...).

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