lunes, 6 de septiembre de 2010

Muerte sobre 2 ruedas.

Habréis visto ayer en los telediarios (o en directo) el brutal accidente de Tomizawa en Moto2, que le costó la vida.
A más de uno le sorprenderá que con la de accidentes que hay en las carreras de motos, muchos de ellos espeluznantes, apenas haya fallecidos. El anterior fue el también japonés Katoh, y antes de él, hay que remontarse a los años 80.

Como ha ocurrido en todos los deportes de cierto riesgo, las medidas de seguridad han experimentado una mejoras espectaculares. Mejores asfaltos, escapatorias amplias, materiales para amortiguar los golpes, monos con protecciones por todo el cuerpo, controles electrónicos en las motos, ... Una barbaridad. Por cierto, muchas de las mejoras en motos y equipamientos luego pasan a las motos y equipos de calle, afortunadamente.

El objetivo de todo esto es hacer énfasis en una cosa, que si bien en un circuito, un lugar diseñado de forma exhaustiva para correr, y en el que corren pilotos profesionales (apurando los límites, eso es cierto), el peligro es real, si hablamos de una carretera real, los riesgos se multiplican.
Vehículos por todos lados, charcos, marcas viales, imprudencias de otros conductores, ...
No digo que ir en moto sea un suicidio, pero en condiciones normales hoy en día, con tráfico, mal tiempo, etc... es algo realmente peligroso, hay que ir con 1000 ojos.

Con lo que, únicamente, el consejo del abuelo de hoy es que cuidadito con las motos, ya que el cuerpo va "al aire" y es realmente vulnerable ante cualquir cosa.
No quiero ni imaginar lo que puede ser un golpe, cuando veo a alguien en moto por la M-40, a 120, en pantalón corto y camiseta de tirantes...

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